A nivel
personal, como os comenté en la presentación del blog, me encuentro en tan sólo
el comienzo de mi andadura por el mundo de la enseñanza, por lo que no puedo
aportaros experiencia alguna como docente, pero sí desde la perspectiva del
aprendizaje como alumna, pudiendo describiros una situación de enseñanza-aprendizaje
tradicional. Y es que las cosas en el aula han cambiado, y mucho.
Recuerdo
a la perfección cómo el modelo de enseñanza-aprendizaje era bastante distinto
al que se da hoy en día, de forma que tanto el procedimiento de enseñanza como el
tipo de comunicación, las estrategias utilizadas por los docentes, los
principios didácticos y el rol docente, han ido evolucionado y provocando
cambios positivos en el ámbito educativo, tanto a la hora de enseñar como a la
hora de aprender.
En
clase, mis compañero y yo, veíamos la figura del profesor como autoridad imponente
y estricta, que se limitaba a exponer la lección (rol de orador) que aparecía
en los libros de texto y que nosotros como alumnos obedientes recogíamos en
nuestros cuadernos sin chistar y sin apenas interactuar. Aún recuerdo la
interminable clase de historia en la cual aprendimos la lección sobre el “Descubrimiento
de América”; nos pasamos la clase enterita cogiendo apuntes. La enseñanza se
basaba mucho en la teoría y poco en la práctica y la forma de aprender
acostumbraba ser la repetición. A la hora de estudiar, memorizábamos la lección
para el examen como único método de evaluación y al día siguiente casi que ni
nos acordábamos de la materia de la cual nos habíamos examinado justo el día
anterior. Se trataba de “captar” datos, pero sin necesariamente comprenderlos o
interiorizarlos. Y ahora me pregunto: ¿Era esa la forma correcta de enseñar y
aprender?
¿Qué
está sucediendo realmente en la educación?, ¿hemos avanzado hacia un nuevo
modelo de enseñanza-aprendizaje mucho más enriquecedor? Personalmente considero
que la respuesta es claramente ¡SI!
Debemos
ser conscientes del cambio experimentado en el modelo comunicativo actual,
debido a la aparición y desarrollo constante de las tecnologías de la
comunicación y la información; y ello conduce necesariamente a una redefinición
de la situación enseñanza-aprendizaje tradicional. Se puede decir que los dos factores principales que han revolucionado el
modo en el que entendíamos entonces y ahora la enseñanza son: la metodología
del aprendizaje y las nuevas tecnologías.
Todos
conocemos que cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje es un acto comunicativo,
y que, por consiguiente un buen docente deberá desarrollar sus habilidades
comunicativas (principio de comunicación),
a la hora de transmitir conocimientos al alumnado, así como apropiarse de las
técnicas de comunicación y plantearlas para cada caso concreto (principio de individualización), teniendo
en cuenta las características de su alumnado y el entorno que le rodea.
La
forma de impartir la enseñanza por parte de los docentes hoy día se traduce a
la interacción entre los alumnos, generando espacios de participación en las
aulas académicas. De esa manera, la comunicación unilateral tradicional en la
cual el docente era un mero transmisor de información (rol de orador) en sus
clases magistrales fue reemplazada por el proceso bilateral en el cual el
maestro además de transmitir sus conocimientos, también recibe las ideas y
aprendizajes de los estudiantes. En ese sentido, la enseñanza se produce en
ambos lados (maestro-alumno) adquiriendo un modelo interactivo y alternativo, a
diferencia del simplemente informativo tradicional.
Ahora
la educación es más participativa y la enseñanza es más avanzada y práctica. Profesor
y alumno son dos actores que están a un mismo nivel. El profesor ya no se
impone tanto y el alumno ha pasado de ser un objeto pasivo a activo. Se
promueve su participación, su motivación, se le incentiva. Los alumnos, aprenden
de forma más autónoma (rol multitask en vez de ser sujeto pasivo) y se vuelven
críticos, siendo capaces de extraer sus propias conclusiones sobre lo aprendido.
Es importante también hacer hincapié en la evolución en las
estrategias de aprendizaje que el docente emplea para planificar, aplicar y
evaluar una situación de enseñanza-aprendizaje específica. En la transmisión
tradicional de conocimientos por parte del docente, éste se limitaba a dictar
conceptos e información (como puede ser el “Descubrimiento de América”, ejemplo
expuesto anteriormente, extraído del simple y tradicional libro de texto
académico) y los alumnos tomaban apuntes que posteriormente memorizaban de cara
al examen. Este método es efectivo si buscamos una respuesta memorística por
parte del alumnado, quedándose en la fase adquisitiva de conocimiento y sin
pasar, por tanto, a la fase extensiva. El sistema de evaluación consistía en la
realización de exámenes que solo requerían de la toma de apuntes o subrayado
(fase receptiva) y de la memorización de los mismos (fase memorística).
Sin embargo, hoy día, las estrategias de aprendizaje utilizadas
por el profesor son bien distintas, debido a los cambios constantes en las
situaciones y el entorno en que vivimos y al desarrollo progresivo nuevas
tecnologías. Las herramientas tecnológicas se han convertido en el pilar del
aprendizaje colaborativo, que en cierto modo han obligado a transformar las
relaciones con los alumnos, convirtiéndolas en relaciones horizontales,
colaborativas y abiertas y a realizar un uso adecuado de las herramientas
digitales (principio de globalización).
Si en lugar de dictar el “Descubrimiento de América”, el docente
facilita a su alumnado las herramientas necesarias para un aprendizaje mucho
más autónomo e interactivo, conseguirá generar entornos colaborativos, de
participación y generación de ideas; actuando así el profesor como “coach” y
adecuando el proceso didáctico a cada uno de nuestros alumnos. De esta forma, conseguiríamos
trabajar el principio de apertura, reorganizando el ambiente de cara a generar
un entorno colaborativo y participativo; así como el principio de
individualización, adaptando el proceso didáctico a nuestro alumnado.
La dinámica de enseñanza que podría adoptar el docente siguiendo
con nuestro ejemplo anterior podría centrarse en las siguientes actuaciones: por
ejemplo, investigar y buscar por internet distintos artículos que hagan
referencia al tema tratado (profesor como
hacker), facilitarles un vídeo documental sobre el mismo, el Descubrimiento
de América (enriqueciendo sus clases con miles de recursos como imágenes, vídeos,
mapas interactivos: profesor como dj),
creando debate en clase o debates virtuales a través de plataformas
interactivas, con preguntas y respuestas sobre el temario (profesor como community manager) y desafiando a los alumnos con
retos estimulantes (profesor como coach)
enseñándoles a utilizar material virtual e interactivo para que realicen
trabajos en parejas o grupos relacionados con el tema y que posteriormente
expondrán a sus compañeros, generando debate y feedback entre ellos. Con esta
mejora tecnológica, estaríamos aplicando los principios de socialización y el principio de creatividad.
Todo ello favorece la interacción y por tanto, la comunicación
multidireccional de la que hemos hablado anteriormente. Así, conseguiremos que
los alumnos pasen de la fase adquisitiva a la fase reactiva. Los alumnos
utilizarán técnicas creativas (fase
extensiva) como juegos interactivos, vídeos,… y trabajarán la comunicación verbal
mediante exposiciones (fase expresiva simbólica). En definitiva, el alumno
realizará un trabajo de búsqueda autónoma para obtener conocimientos y estudiar
más a fondo el tema, de modo que asimile e interiorice de forma correcta su
aprendizaje, y estaremos aplicando, por consiguiente, los principios de actividad y el principio
de intuición (basado en la experiencia personal como base del aprendizaje).
Por
último, no debemos olvidar que las estrategias docentes son válidas para un
momento y un contexto específico, de modo que los profesionales docentes deben
ser “creadores” de las estrategias de aprendizaje que aplicarán en cada momento.
Resulta
esencial conocer que un buen docente ha de actualizarse constantemente, pues
sus conocimientos y técnicas deben ir progresando a medida que la sociedad
avanza. Debe evolucionar y enfrentarse a nuevos retos y a los tiempos que corren, tener ansia por aprender
nuevas cosas y estar continuamente actualizándose (principio de globalización).
En
conclusión, como futuros docentes debemos tener en cuenta que el único aprendizaje
real es el significativo y que aprender consiste en construir el conocimiento
de forma activa. Nos queda claro, que la interacción con los alumnos resulta
esencial para su aprendizaje y que el profesor debe ser un diseñador de
entornos y experiencias de aprendizaje con el cual se estable una relación de
colaboración horizontal, en la cual las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental
hoy día. Y en definitiva, hacer hincapié en que el fin último de la educación
es ayudar a las personas a que desarrollen todo su potencial en aquello que les
haga felices.
Fuentes
utilizadas:
Hernández, C.
A. y Guárate, A. Y. (2017). Modelos didácticos para situaciones y contextos de
aprendizaje. Narcea Ediciones.
Imágenes sin derechos de autor – Pixabay
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